A medida que pasan los días surgen episodios y aspectos subre el Papa
Francisco. Entre estos no son pocos los relacionados con el mundo salesiano.
Además de la especial devoción a María Auxiliadora - manifiesta cada 24 de mes
en el santuario mariano en el barrio de Almagro de Buenos Aires - hay otros. El
nuevo Papa es también un antiguo alumno salesiano.
Jorge Mario Bergolio frecuentó, junto a su hermano menor, el colegio
salesiano “Wilfrid Barón” de Ramos Mejía en 1949 en la clase del grado 6º B.
Recibió, como lo demuestra la lista de ganadores de este año, el primer premio
en Conducta y Religión y Evangelio.
Como lo demuestra una exacta biografía del nuevo Papa, publicada por el
diario argentino “La
Nación”, a los 17 años tuvo como director espiritual al padre Enrique
Pozzoli, de la comunidad salesiana de Almagro. Un curita que lo marcó a fuego,
antes de llevar a Don Bosco hasta Tierra del Fuego, el verdadero fin del mundo.
Fue Pozzoli quien le sugirió a Bergoglio viajar a las sierras de Tandil para
recuperar sus pulmones, con él definió su ingreso al seminario de Villa Devoto
y a él recordó en el prólogo a su primer libro -Meditaciones para religiosos -
por la "fuerte incidencia" que tuvo en su vida, y por su
"ejemplo de servicio eclesial y consagración religiosa".
Allí, en Tandil, conoció a los 18 a Roberto Musante, dos años mayor que él,
con quien se volvería a encontrar en momentos más complejos. Como cuando
Bergoglio recibió durante la dictadura a tres seminaristas del obispo Enrique
Angelelli.
En Tandil, recuerda padre Musante, llegaron a conocerse y conversar,
aunque Bergoglio "se mantenía más bien silencioso y humilde”. Los dos
jóvenes siguieron después caminos vocacionales diferentes. Hoy, el salesiano
padre Musante anda por Angola, donde cuida y educa a cientos de chicos en el
barrio Lixeira, "basural" en portugués. Pero Bergoglio optó por
seguir a San Ignacio de Loyola en vez de a Don Bosco.
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