La Iglesia contribuye a crear una sociedad mejor
Este
es el mensaje que acompaña al Día de la Iglesia Diocesana 2012 que celebraremos
el próximo domingo, 18 de noviembre. Estamos sufriendo una crisis que para
muchos es agónica y desesperante, y ello está haciendo que la labor de la
Iglesia esté apareciendo en el primer plano de la actualidad. Pero la acción de
la Iglesia con los más necesitados no ha comenzado en estos años y perdurará
después de superar la gran brecha de las dificultades
Antonio Moreno - 08/11/2012
Un cristiano, desde el Evangelio de Jesucristo
proclamado por la Iglesia, procura una sociedad mejor y, desde Dios,
la va construyendo en colaboración con la sociedad civil. Para
nosotros es lo humano y lo divino unido a imagen de cómo la
humanidad y la divinidad están unidas en la persona de Jesucristo.
Valores como honradez, generosidad, sinceridad, justicia social,
dignidad humana, etc. tienen una profunda raíz en los designios de
Dios para el hombre, en la llamada a la vida eterna y a la felicidad
plena con Dios para toda la humanidad. Por eso, la Iglesia contribuye
a crear una sociedad mejor, como signo de una nueva humanidad que
Dios quiere unida y reunida.
Además, el Día de la Iglesia Diocesana nos habla
a todos los creyentes de la fe común, vivida y profesada en
comunidad; la Iglesia diocesana nos remite a la tradición apostólica,
porque al frente de ella está nuestro obispo, sucesor de los
apóstoles; la Iglesia diocesana nos ayuda a darnos cuenta de que no
se puede celebrar y vivir la fe en solitario, sino que nos hace
germen, como la comunidad de los hijos de Dios, del mundo querido
por Dios que se hará realidad y plenitud en el reino de los
Cielos.
Por eso, el Día de la Iglesia Diocesana nos hace
a todos corresponsables en todos los aspectos y sentidos de la
Iglesia junto a nuestros pastores: los obispos, los sacerdotes,
como estrechos colaboradores suyos, los diáconos, los
consagrados y todo el Pueblo de Dios. Nos hace corresponsables desde
lo material y lo espiritual. Desde lo material porque son
necesarias instalaciones y medios para anunciar la Palabra de Dios
en la catequesis, en la celebración de la Eucaristía, en la marcha
y funcionamiento de los distintos grupos que conforman la
realidad parroquial. colaborar Pero también desde lo espiritual. No
podemos conformarnos en dar un poco de nuestro dinero, con lo
necesario que hoy es para todo y, especialmente, para el ejercicio de
la caridad; también estamos llamados a colaborar con nuestro tiempo,
con nuestras capacidades y dones.
Todo nos lo ha dado Dios, y a Él queremos
entregárselo para que la Iglesia entera siga contribuyendo a crear
una sociedad mejor.
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